El proceso de moldeo por compresión es el siguiente:
El material se coloca en un molde calentado y puede estar en forma de gránulos, polvo o preformas.
A continuación, se cierra el molde y se aplica presión a través de un elemento de fuerza superior o tapón. De este modo, el material entra en contacto con todas las zonas del molde.
El calor y la presión se mantienen, lo que provoca la reticulación del material.
La forma producida se desmolda una vez enfriada.
El moldeo por compresión es adecuado para piezas grandes y complejas y suele tener costes de utillaje más bajos que el moldeo por inyección.
Los tiempos de ciclo pueden ser más largos y se genera material de desecho.
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